martes, 15 de mayo de 2012

Coach?: Coaching para hombres en la crisis de la mediana edad




Entre los treinta y tantos y los cuarenta y pocos, los hombres transitan hacia la madurez. Llegan al ecuador de la vida y allí toman conciencia del paso del tiempo. Se dan cuenta de que su presente es el futuro que tanto habían esperado. Y de que su vida no es la que tanto habían deseado. Entonces se produce una crisis personal y se abre la caja de Pandora. Ya no pueden reprimir el miedo, la ira y la frustración. Es la crisis de los 40. El coaching puede transformar esta etapa en una oportunidad para que estos hombres tomen conciencia de cómo desean vivir realmente sus vidas y vivirlas.
Juan es un ejecutivo de 41 años. El mes pasado sufrió un duro revés cuando Marc, un colega de trabajo de 29, consiguió lo que Juan lleva años deseando: ser jefe del departamento. Siente que ha perdido su última oportunidad para mejorar su estatus laboral. Además cualquier síntoma corporal inesperado lo interpreta como el inicio de una terrible enfermedad. Siente que ya no es joven. Sin darse cuenta hace balance de su vida y recuerda aquello que quería hacer y no hizo. Se siente confuso y atrapado en una estructura de vida que le ahoga. No se siente libre y su angustia se eleva día a día. Juan no sabe qué hacer.

Este tipo de situaciones se repiten a diario en miles de hombres en todo el mundo. Y si no saben gestionarlas, pueden cometer errores y estupideces que estropean sus vidas. El coaching se revela aquí como la mejor manera de transformar una época de crisis y frustración en una etapa de esplendor. Es un punto de inflexión para saber desde la lucidez cómo han vivido la primera mitad de su vida y cómo quieren vivir esa segunda mitad que les queda. Pero hay un camino que deben recorrer con el acompañamiento, la experiencia y la sabiduría que un buen coach les puede proporcionar.

PRIMER PASO: ¿QUÉ ME PASA? ¿POR QUÉ?

A veces resulta el más difícil. Reconocer los síntomas e interpretarlos es necesario para entender el momento actual. La solución a la crisis de estos hombres pasa por aceptar la realidad, por muy dura que sea. Es un buen momento para profundizar en su interior y ser ellos mismos. Lo saben muy bien los budistas: si resistes, persiste; si aceptas, transforma.
Juan inició un camino de autoconocimiento a través del coaching, aunque al principio escondió la crisis. Fue muy duro para él hacer un balance de su vida, pero le llevó a replantearse todo. Dejó de compararse con los demás y reconoció algo que ya sabía: su empresa no le valoraba lo suficiente.
Aquello le motivó a activar su red de contactos y a buscar un nuevo trabajo a sus 41. Necesitaba un cambio laboral y, desde luego, no era su última oportunidad. 

El coaching impulsa vitalmente a estos hombres y les enfoca para iluminar lo que realmente les interesa, pero también revela los miedos más íntimos, ese encuentro con el lado oscuro de uno mismo, tan necesario para producir el cambio en nuestras vidas. Así con las preguntas poderosas del coach, con su escucha y su feedback estos hombres van entendiendo las razones de sus crisis.
Todo este proceso les lleva a entender que la madurez es una etapa llena de plenitud y que la clave es cómo leen ellos el significado personal de convertirse en un  hombre de mediana edad.

SEGUNDO PASO: AMPLIAR OPCIONES

Juan entendió su crisis y se entendió a sí mismo. Su coach le ayudó a tomar conciencia de sus posibilidades y de las consecuencias de éstas, que él fue asumiendo. Vislumbró un nuevo horizonte vital dónde podía emprender nuevas cosas.
Su experiencia y conocimiento del sector automovilístico le abrieron las puertas de una nueva empresa que apostó por él. Su nuevo trabajo le llevó a dirigir el departamento comercial, donde rápidamente empezó a aplicar su conocimiento de coaching con sus vendedores.
La vuelta a la natación le llevó a un curso de iniciación en el buceo. Y a rebajar considerablemente su hipocondría. La comunicación con su esposa mejoró. Está explorando otra clase de masculinidad y se siente otro hombre.
Y es que cualquiera que sea la forma que tome la estructura de vida, por lo general necesita un reajuste después de diez o quince años.
En esta fase, el Coaching te ayuda a anticipar y eliminar barreras, sean éstas circunstancias externas o barreras internas (miedos y creencias limitantes), utilizando tus propios recursos.

TERCER PASO: LAS ACCIONES

Después del camino recorrido se establece un plan de acción y un compromiso para la acción que el coach guiará. El cliente ha eliminado el desequilibrio existente entre su ser potencial y su ser actual que tanta frustración e infelicidad le causaban. Ahora se parece más a lo que quiere ser. Es un hombre realizado.
El coaching te entrena en esa transición hacia la madurez para que vivas la segunda mitad de tu vida como realmente tú deseas y no te sientas atrapado por ella.

SE ACABO LA JUVENTUD. ¡VIVA LA MADUREZ!

Al llegar a los 40, nos acercamos al punto medio de la vida. Sentimos con inquietud que hemos llegado al final del crecimiento y al inicio del envejecimiento. Miramos hacia atrás y sentimos la fuerza y vitalidad de la juventud y ¿qué vemos hacia delante? Un camino con pocas posibilidades y todas conocidas y gastadas. Y somos más conscientes de la muerte. Nada nos avisa de que hemos llegado a la madurez ya que no hay ningún ritual para esa transición, como los hay para otras etapas de la vida (bautismos, boda, fiestas de jubilación).
La mayoría de los hombres en la crisis de la mediana edad no enfocan su miedo en una idea específica, sino que se sienten en unas vidas vacías y aburridas. En realidad tienen dos grandes miedos: miedo a la vida y miedo a la muerte.
El coaching les hará sentir que su madurez va a ser la etapa más intensa de sus vidas y que tienen los recursos para reinventarse. Comprobarán que la mediana edad está repleta de oportunidades en todos los campos vitales en que se enfoquen: trabajo, sexo, amor, aventura, experiencia, sabiduría, espiritualidad. Y descubrirán la clave para vivir intensamente este periodo: conservar y potenciar lo juvenil que hay en ellos y, al mismo tiempo, aceptar el paso del tiempo y la vejez. 

Vicente Marrama
vm@potentiacoaching.es 

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